Este año tras restaurar la Vespa aún no teníamos las vacaciones pensadas. El último día a última hora yo no había encontrado nada para 4 noches, nada! y claro, estaba histérico. Al final gracias a Maite se puso manos a la obra y dijo...Roma, con la pantalla de ordenador delante y el teléfono en la otra mano. Y aunque pensé que haría un calor del carajo... pues me hizo bastante ilusión. Historia, pasta y pizza, ambiente latino, Vespas por un tubo... Vale!
Estos pronósticos se complieron casi a rajatabla, excepto el de las Vespas. Había unas poquitas sí, pero había casi más Yamahas que Piaggio... lo que mueve Valentino... Si que me encontré con otros tópicos, como Ferraris y Lamborghinis pero el tráfico rodado por el centro de roma está un poco restringido así que no había demasiado.
lo que sí me sorprendió fué encontrar Cinquinos, que es como decir mi pequeño y adorado cinquecento, estaban en buen estado de conservacion y daban una imágen de roma muy romántica. Porque la ciudad es muy turística señores pero a la vez también es muy romántica, tienes la opción a encontrar rincones que te llevan a la dolce vita. Todo un lujo.
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